La Administración de Lotería de Doña Manolita
Si hay un símbolo con nombre propio en el Sorteo de Loteria de Navidad que se celebra cada año el 22 de diciembre, además de, por supuesto, los niños del colegio de San Ildefonso, ese es el de la Administración de lotería de Doña Manolita. Su nombre se ha quedado grabado en la Lotería española como la administración que más fortuna reparte de toda la geografía, siendo esta la razón principal de su gran popularidad: el número de primeros premios que ha repartido a lo largo de toda su historia. Cada año cuando se acercan las fechas navideñas miles de personas de todos los puntos de España se acercan hasta la capital española en busca de la suerte y del guiño de la fortuna.
Doña Manolita fue una mujer madrileña que nació en el año 1879, la cual abrió en la Calle San Bernardo su primera administración de lotería, allá por el año 1904. Cerca de la Universidad, se ganó sus primeros clientes entre la población estudiantil académica que frecuentaba la zona. Fue entonces cuando al comenzar a entregar premios importantes de seguido se comenzó a creer en la bendición por parte de la fortuna a Doña Manolita, aumentando sus ventas de forma más que considerable, ganándose adeptos a diario.
En una época en la que parecía que las mujeres no tenían ni voz ni opinión, Doña Manolita se alzó como la excepción que confirma la regla, convirtiéndose en una próspera empresaria que hasta una canción con su nombre recibió.
Fue en 1931 cuando dejó su administración en la calle San Bernardo para trasladarse a la más que emblemática administración de Gran Vía 31, en la cual, además de aumentar sus ventas y reparto de premios, hizo que su nombre perdurase a lo largo de la historia.
En 1951 Doña Manolita muere en Madrid a la edad de 72 años sin descendencia, motivo por el cual pasaron a venderse sus dependencias.
Hasta este verano de 2011 la sede de Administración de Doña Manolita ha continuado estando en Gran Vía, convertido ya en el punto emblemático de ilusiones navideñas. El pasado julio se anunciaba su traslado a la Calle del Carmen, lugar en el que a partir de ahora se seguirán vendiendo ilusiones a todos los madrileños y, en definitiva, a todos los españoles que se acerquen a comprar lotería de Navidad, como cada año, formando las más famosas colas de los días de diciembre.